-Tal vez, ¿Eso que tiene que ver? – Le dije ahora confundida.
-Entonces estoy enfermo. – Los demás alumnos entraron al aula y deba dejar ahí la charla con mi profe. No logre concentrarme en toda la clase pensando en lo que me había dicho me profe.
-¿Hoy debo ir a mis clases de apoyo? – Le pregunte cuando termino la clase.
- Yo ire – Me dijo en respuesta.
Esa tarde fui a la biblioteca y ahí estaba el. Sentado en un mesa, increíblemente, esta vez sin estar leyendo ningún libro.
-Hola – Lo salude. Obtuve la misma respuesta por su parte.
Mire la mesa en la que estaba sentado. Solo había una silla desocupada y era exactamente a su lado.
Me miro y sonrio.
-Sientate, no muerdo – Dijo bromeando.
-De eso no estoy segura – Comente también en chiste. El rio y luego yo fui a sentarme. Me sentía algo incomoda ahí. – Que raro que no estes leyendo – Comente.
- Lo estaba hace un rato.
- ¿Y que leias?
- Romeo y Julieta.
-¿Que? No te creo. Debes estar mintiendo. – El negó con la cabeza.
-Quise leer Romeo y Julieta para ver si entendía tu punto de vista. Sin embargo no entiendo porque se suicidan, no comprendo eso tan fuerte que sienten, no entiendo su amor. Me parece patético.
-Entiende el mio entonces. – Oh-oh. Acababa de decir la mayor tontería del mundo. El me miro fijo por un instante, y cualquier esperanza de que no me haya escuchado había desaparecido.
-¿El tuyo? ¿A que te refieres?
-Nada, no importa - ¡Mierda! Habia metido la pata.
-¿Yo estoy paranoico o tu estas “enamorada” de mi? – Enamorada, completamente.
-Definitivamente tu estas paranoico. – “O yo soy una mentirosa” pensé.
-¿segura?
By Peter
-Muy segura – Dijo ella colorada hasta las orejas. Amor. ¿Por qué siempre la gente se involucraba con eso? Que mal que yo también sea humano.
-Que pena – le dije. Ella me miro confundida.
-¿Por? – Yo rei y no respondi.
-Permiteme hacer algo – Le pedi mientras acercaba mi mano a su cuello.
- ¿Qué cosa? – Me atajo ella a la defensiva.
-¡Tomarte el pulso! – Exclame divertido.
Me acerque a ella y note su pulso acelerar. Entonces me propuse ir mas lejos. La bese suave en los labios y entonces seti su corazón latir a mil. Seguro eso era lo que la gente quería llamar “amor”.
Sin embargo no era solo su corazón el que estaba acelarado, el mio también. Eso me sorprendió un poco.
Ella siguió el beso y poso su mano en la parte de atrás de mi cabeza.
Entonces profundize mas el beso y sentí algo que no esperaba, una presión en mis pantalones.
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