La semana se me hizo mas que larga. Me sentía horrible, ¿Qué le había pasado a mi profe?
De repente recordé algo que me alegro el dia. “Ven a clases particulares todos los lunes” ¿Vendria hoy entonces? ¿Mi lindo profe vendría a las “Clases particulares”?
A las 19:00 hs., no muy convencida, me dirigi a la biblioteca. Y me sorprendi al ver que ahí estaba el. Leia “El retrato de Dorian Gray”. Creo que lo hacia a propósito, ese libro era otro de mis favoritos.
-Hola – le salude. El sonrio levemente al verme.
- Hola – Respondio – Crei que no vendrías.
- ¿El retrato de Dorian Gray? – Dije haciendo caso omiso de su comentario. El asintió.
- Es Un gran libro. – Comento el mirando su portada – ¿Lo has leído?
- ¡Claro! – Dije emocionada – ¡Es otro de mis favoritos! – El rio. Como si algo de lo que yo dije hubiese sido gracioso. A la vez qe yo pensaba “por favor que no se este riendo de mi” el me indico que tomara haciento en la silla del frente.
-¿Qué es lo que mas te gusta del libro? – Me pregunto manteniendo su mirada penetrante fija en mi.
-Pues… - Comence yo algo incomoda – Creo que lo mas llamativo del libro es el hecho de ver esa tortura constante, ver lo destruida que esta su alma. Sin embargo al personaje este no parece comenzado siendo hermoso y perfecto, empeoraba a cada minuto.
- Es una gran interpretación. ¿Alguna vez pensaste en como seria tu retrato?
- A decir verdad, no. – Me quede pensativa. - ¿Usted si?
- No. Dime, ¿Cómo imaginas mi retrato?
- Herido – Dije instintivamente. El no respondió. – roto, lleno de cicatrices que nunca se han cerrado. – Segui bajando la vista mientras armaba una teoría en mi mente. - ¿He estado cerca?
-Aterradoramente cerca. – Dijo sin alterar su mirada en lo mas minimo. – Ahora yo me pregunto, ¿Por qué crees que son esas cicatrices?
- De una relación que no resulto bien – Dije sin pensarlo, casi involuntariamente.
- En eso te equivocas. Estudias psicología, ¿no? – Pregunto cambiando de tema. Yo asentí. – Que bueno. Sere tu primer paciente. Ojala averigues que me pasa ¿Te parece?
- ¿A usted? ¿Tratarlo a usted? ¿Es que a usted le ocurre algo para que necesite que yo lo trate?
- Bueno, tu dices que soy un aspirante a psicópata, asi que creo que seria mejor tratarme antes, ¿no?
-Bueno entonces, comience a hablar. – Le dije sin saber realmente bien como empezar. El negó con la cabeza.
- Soy un paciente caprichoso. Tendras que sacarme la información, tal vez usar tácticas. ¿Eres capaz?
-Supongo.
- No me sirven la suposiciones. Tienes que estar segura. – Sonrio.
- Ok entonces. – Sonrei también. – Pero… Quiero que me cuentes algo. – Comence a tutearlo.
By Peter
Al fin dijo lo que yo quería que hiciera. Habia comenzado a tutearme. No entendía muy bien por que, pero me emocionaba la idea de que ella se hiciera mas cercana a mi. Es una pena que no me pueda acostar con una alumna, tal vez con eso se me pasaría mi “locura”.
miércoles, 27 de abril de 2011
lunes, 25 de abril de 2011
Capitulo 5
-Emmm… - Me sentí inquieta y nerviosa sin saber que responder. Lo último que me esperaba era una pregunta de ese tipo, sobre todo sabiendo que la respuesta sincera no era cómoda de decir.
- No importa – Dijo el por suerte. Sonreía como burlándose, aunque yo esperaba que no fuera así. – Crees que mi teoría de que el amor no existe es una mierda, ¿A qué no?
- Pues la verdad es que si. Me parece una real mierda y espero que algún día se retracte de toda la basura que dijo y piensa.
- ¿Y quién me hará cambiar de opinión? ¿Tu?
- Si.
- ¿En serio? – Pregunto alzando una ceja. Me sentí enrojecer hasta las orejas. - ¿Y como harás eso?
By Peter
Ella estaba toda ruborizada de la vergüenza y solo miraba sus pies.
-Dime Angélica – Comencé - ¿Yo te parezco atractivo? – Mantuve la mirada fija en ella y pude ver como levanto la vista sorprendida – porque tu a mi sí. – Le dije incitándola a que me responda y de paso, para divertirme, poniéndola un poco nerviosa. – Y eso me molesta – Seguí. – Me distraes.
Ella no hacia más que mirarme sorprendida.
-¿En serio? – Dijo al fin. Yo simplemente asentí. Después de todo, nada grave iba a pasar. – Pues usted a mi también. – Sonreí. Eso era justo lo que quería escuchar.
- Angélica, ¿Cuántos años tienes? – Pregunte rompiendo todas las reglas existentes sobre la relación que debía haber entre profesor y alumno. Al final esta chica o me volvería loco, o me costaría el trabajo.
- 21 – Me respondió. – ¿Y usted? – Pregunto algo tímida.
-24 – Dije tranquilo al notar que era poca la diferencia de edad entre nosotros. Era increíble lo mucho que me agradaba el saber esto.
- Wau, que mal que a esta edad ya tenga la mentalidad de un viejo al que el tiempo ha vuelto idiota. – La mire sorprendido. No me esperaba un reto de este tipo. Nos miramos fijo un buen rato, cada uno intentando ganar alguna clase de competencia implícita que había en ese intercambio de miradas.
Luego de un minuto ella se levanto de su asiento dejándome a mí sin rostro al que enfrentar.
Creo que es hora de que me vaya. – Me dijo ella algo inquieta, creo que le había ganado en ese “Juego” de miradas.
Me pare para saludarla y al acercarme a su mejilla, ella me sorprendió con un suave beso en los labios. – La mire estupefacto sin poder comprender que acababa de pasar. Creo que se le había pasado la timidez.
Antes de abrir la puerta voltio para mirarme.
-Simple atracción sexual – Dijo a medida que pasaba por la puerta para dejarme solo con la bibliotecaria que se encontraba a un par de estanterías de distancia.
No sé que se traería entre manos, pero si se había propuesto dejarme sin habla, lo había logrado.
By Angélica
Espero que mi profe no se haya molestado luego de ese beso. El corazón me latía a mil por la emoción, creo que había sido un arranque de adrenalina.
Esa noche casi no dormí pensando en el próximo lunes. La semana nunca se me había hecho tan larga.
Cuando al fin llego mi día mas esperado, no podía evitar la impaciencia por que mi profe entre. Sin embargo me lleve una gran sorpresa.
Buenos días alumnos. Yo soy el profesor Morales y vengo a reemplazar al profesor Williams. – “¿Qué?” Pensé “¿Qué le paso a mi profe?”
- No importa – Dijo el por suerte. Sonreía como burlándose, aunque yo esperaba que no fuera así. – Crees que mi teoría de que el amor no existe es una mierda, ¿A qué no?
- Pues la verdad es que si. Me parece una real mierda y espero que algún día se retracte de toda la basura que dijo y piensa.
- ¿Y quién me hará cambiar de opinión? ¿Tu?
- Si.
- ¿En serio? – Pregunto alzando una ceja. Me sentí enrojecer hasta las orejas. - ¿Y como harás eso?
By Peter
Ella estaba toda ruborizada de la vergüenza y solo miraba sus pies.
-Dime Angélica – Comencé - ¿Yo te parezco atractivo? – Mantuve la mirada fija en ella y pude ver como levanto la vista sorprendida – porque tu a mi sí. – Le dije incitándola a que me responda y de paso, para divertirme, poniéndola un poco nerviosa. – Y eso me molesta – Seguí. – Me distraes.
Ella no hacia más que mirarme sorprendida.
-¿En serio? – Dijo al fin. Yo simplemente asentí. Después de todo, nada grave iba a pasar. – Pues usted a mi también. – Sonreí. Eso era justo lo que quería escuchar.
- Angélica, ¿Cuántos años tienes? – Pregunte rompiendo todas las reglas existentes sobre la relación que debía haber entre profesor y alumno. Al final esta chica o me volvería loco, o me costaría el trabajo.
- 21 – Me respondió. – ¿Y usted? – Pregunto algo tímida.
-24 – Dije tranquilo al notar que era poca la diferencia de edad entre nosotros. Era increíble lo mucho que me agradaba el saber esto.
- Wau, que mal que a esta edad ya tenga la mentalidad de un viejo al que el tiempo ha vuelto idiota. – La mire sorprendido. No me esperaba un reto de este tipo. Nos miramos fijo un buen rato, cada uno intentando ganar alguna clase de competencia implícita que había en ese intercambio de miradas.
Luego de un minuto ella se levanto de su asiento dejándome a mí sin rostro al que enfrentar.
Creo que es hora de que me vaya. – Me dijo ella algo inquieta, creo que le había ganado en ese “Juego” de miradas.
Me pare para saludarla y al acercarme a su mejilla, ella me sorprendió con un suave beso en los labios. – La mire estupefacto sin poder comprender que acababa de pasar. Creo que se le había pasado la timidez.
Antes de abrir la puerta voltio para mirarme.
-Simple atracción sexual – Dijo a medida que pasaba por la puerta para dejarme solo con la bibliotecaria que se encontraba a un par de estanterías de distancia.
No sé que se traería entre manos, pero si se había propuesto dejarme sin habla, lo había logrado.
By Angélica
Espero que mi profe no se haya molestado luego de ese beso. El corazón me latía a mil por la emoción, creo que había sido un arranque de adrenalina.
Esa noche casi no dormí pensando en el próximo lunes. La semana nunca se me había hecho tan larga.
Cuando al fin llego mi día mas esperado, no podía evitar la impaciencia por que mi profe entre. Sin embargo me lleve una gran sorpresa.
Buenos días alumnos. Yo soy el profesor Morales y vengo a reemplazar al profesor Williams. – “¿Qué?” Pensé “¿Qué le paso a mi profe?”
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